Con el mar de emociones más tranquilo y sin nuevas protestas en Cuba, las autoridades transitaron el primer mes de esas inusuales protestas con algunas medidas para calmar los ánimos de naturaleza económica o social, pero ninguna sugiere una reforma política
Jornadas después, Díaz-Canel atemperó su discurso y dijo que muchas demandas eran genuinas. Reconoció la realidad de una Cuba con disparidades sociales --por ejemplo, entre quienes tienen acceso a dólares y aquellos que no para comprar en tiendas en divisas--, falta de expectativa entre jóvenes y marginalidad en las barriadas populares.
El Ministerio de Comercio Interior dispuso además la venta de varias libras extras de arroz para cada persona y la entrega inmediata de paquetes con donaciones internacionales de productos como aceite, frijoles o harina. Nada se dijo, por ejemplo, de las demandas de los profesionales como arquitectos, abogados o ingenieros por ejercer de manera independiente o mediante cooperativas, la inversión extranjera de cubanos residentes en el extranjero o que cuestione el monopolio estatal de comercio exterior, entre otras medidas posibles sugeridas por expertos.“La situación ha seguido muy mala”, explicó a la AP Daymi Cortés.