Yo me pasé 40 años buscando el obsequio ideal para mi progenitor. Ahora, al celebrar esta jornada con mis hijos, la respuesta me llega clara y concreta: el mejor presente éramos nosotros
Cuando eres pequeño y se acerca el Día del Padre, te revientas el cerebro buscando el regalo más original y perfecto para tu progenitor, algo que demuestre lo mucho que lo quieres y el tiempo que le has dedicado, hasta que llegas a una conclusión que se repite en muchas familias: gritar desesperado y sin ideas: “¿Qué carajo le regalamos a papá?”.
Y si de verdad no tienes ni tiempo ni talento para preparar un vale creativo, entonces llega al rescate el sobre con el dinero. Porque todo buen hijo, por perezoso que sea, busca un sobre o lo va a comprar para meter el dinero.