Desde la seminal 'Miami Vice' ha impregnado de un azul existencialista todas sus entregas. Obsesionado con la verosimilitud cinematográfica, llega ahora a su meta creativa con Ferrari.
Las palabras 'a Michael Mann production' sobre una pantalla televisiva adquirieron un sentido autoral en los créditos de Miami Vice . No había forma de ignorar quién se escondía detrás de una serie que imprimía a la caja catódica una suerte de impronta cinemática, entre el realismo documental y el formalismo estético.
Robert de Niro y Al Pacino, por primera vez juntos en el plano, eran las dos caras de la misma moneda: perseguido y perseguidor bajo el mando de una planificación que llevaba el realismo a un punto sin retorno en un tiroteo en las calles de Los Angeles.