Acantilado publica la última entrega del poeta, que recurre a la memoria, la ironía y la meditación. Su voz inconfundible es música para nuestros oídos
Ve ahora la luz su última entrega, publicada en Nueva York el año de su fallecimiento. De nuevo el poeta catalánsus poemas al castellano. Otra vez, su voz inconfundible es música para nuestros oídos.: “La verdadera vida está en otro lugar, pero nosotros estamos aquí”. A esa menuda, humilde y cierta realidad se aferra Zagajewski. Desde, digamos. Contra lo rebuscado, retórico o solemne. Léase el paradigmático “Breves instantes” o “Higos”.
El tono es meditativo. Transmite serenidad, sosiego. Incluso cuando asevera: “No sabemos nada. Vivimos en la oscuridad”. “Dios está en otro lugar”, leemos, como los versos anteriores, en “Domingo”.el poeta viajero : “sólo los poetas pueden vivir donde sea”. El que visita Santiago de Compostela, Estambul , Córdoba , Siena, Drohóbych, Tierra Santa … El que regresa a Leópolis, “pero la ciudad ya no estaba”. El que cruza fronteras. El del Este: “Esto es el Este sin sol, esto, el sol / sin verano, desde aquí ya estamos cerca / de los lugares definitivos, de los inicios, del límite, / de la tierra negra, de las arias sin final”..